¿Cuándo?

¿Cuando os cansareis de joderme? ¿No habeis tenido suficiente? Ha pasado mucho tiempo, ya no soy la misma niña imbécil a la que podíais engañar a la primera. Ahora no soy tan idiota.

Puede que, despues de tanto, no sea capaz de admitir las cosas de las que me doy cuenta, pero eso no significa que me crea todas esas gilipolleces que me contais, como si fuera una niña de cinco años a la que os quereis quitar de encima.

Id a otra con la historia. Dejad de hacerme comer marrones, que ya estoy harta.

Mira, voy a dejar este tema. Paso totalmente de ellas.

En fin. Hace ahora mismo 10 minutos que fue el 14º aniversario de la muerte de mi tía; la hermana mayor de mi padre y me he pasado el día en Murcia con su familia hasta que esta tarde hemos ido todos a misa. Y mientras miraba el techo de esa capilla improvisada de Los Narejos y pensaba en qué estaba haciendo una atea como yo allí he pensado en lo ilusa que puede llegar a ser la gente.

Hay quien piensa que por rezar un poco cada domingo se le perdonará cada putada que haya hecho en la vida.

Hay quien piensa que por huir del lugar que le aterra se le acabarán los problemas.